domingo, 6 de septiembre de 2009

¿ Existe la compasión en el Camino Neocatecumenal ? 2ª parte

Hoy seguimos con la 2 parte.


2. La dignidad de los últimos como meta

Jesús vivió en una sociedad en profunda crisis. Todos esperaban algún acontecimiento decisivo, incluso una intervención de Dios que diera un vuelco a la situación. Los esenios de Qumrán, los diversos grupos fariseos, los radicales «haberim», los movimientos de resistencia a Roma, los visionarios apocalípticos, todos proponían caminos diversos, y actualmente podríamos añadir al Camino Neocatecumenal. Jesús, por su parte, fue gestando en su conciencia un proyecto absolutamente original: lo llamó «reino de Dios» y lo entendió como la irrupción de su compasión en el mundo. Dios es bondad sin limites, compasión increíble hacia los que sufren, cosa que en el camino no se hace. Lo importante es acoger, introducir y extender esa compasión en la sociedad, pero sin embargo en el camino si no se hace lo que te dicen o no cumples con su "estatus" de vivencia, dícese de separados, drogadictos, prostitutas, etc, te excluyen, no te hablan o simplemente prohiben cualquier tipo de contacto con estas personas.


No basta buscar un nuevo orden de cosas más justo según lo entiende cada grupo desde su propia visión e intereses. Es necesario introducir en la vida una nueva dinámica y una nueva dirección: la compasión tiene que dirigirlo e impulsarlo todo hacia una vida más digna para los últimos, y yo entiendo como estos no solo los indigentes y pobres, sino aquellos que por su circunstancias están sufriendo, como por ejemplo cuando una pareja se rompe,ambos cónyuges sufren, pero si eres del camino lo normal es que te expulsen, o si es uno de tus hijos el que se ha separado, en vez de ayudarle, te ordenan que le cierres la puerta de tu casa. Este mensaje fue escuchado como un desafío para todos. Según Jesús hay que aprender a vivir desde otro «lugar» diferente. Hay que liberarse de la «sabiduría convencional» que ha ido modelando durante siglos las tradiciones de Israel, la religión del Templo y la espiritualidad de los diferentes grupos. Hay que criticar valores muy interiorizados en la conciencia social y que llevan nombres muy concretos: «elección de Israel», «destrucción de los paganos», «dominio sobre los pueblos enemigos», «maldición de los pecadores», es decir lo que actualmente está haciendo el camino con todos aquellos que no entran dentro de sus cánones.


Jesús los llama ahora a vivir acogiendo el reino de Dios que quiere una vida más digna y más dichosa para todos, empezando por los últimos, por aquellos que incluso el camino ha rechazado. Hay que aprender a vivir desde valores diferentes: compasión hacia los que sufren, defensa de los últimos, acogida incondicional a todos, lucha por la dignidad de todo ser humano, y ojalá en el camino se hiciera, pero por desgracia se ha ido desvirtuando y estropeándose por el fanatismo y el esclavismo a la ley.


Las gentes de Galilea conocían bien lo que era un reino construido sobre la violencia y la opresión. Llevaban muchos años sufriendo la crueldad de Roma y la explotación de las clases dirigentes. Siempre había sido así. Imperio de Roma, reino de Herodes, gobierno de su hijo Antipas: el resultado siempre era el mismo. Lujosos edificios en las ciudades, miseria en las aldeas; riqueza y ostentación en las elites urbanas, deudas, pérdida de tierras y hambre entre los campesinos; enriquecimiento de los grandes terratenientes, aumento de mendigos desnutridos, vagabundos, prostitutas, esclavos fugitivos de sus amos y bandoleros. Nada podían esperar de Tiberio ni de Antipas. En este contexto hemos de situar la actuación de Jesús. Su objetivo no era organizar una religión más perfecta. No se dedicó a desarrollar una teología más precisa sobre Dios o una liturgia más digna en el Templo, que es justamente lo que ha hecho el camino, se ha entretenido en hacer un camino que supuestamente es mejor que lo que la iglesia ha estado haciendo durante dos mil años, ha estado perdiendo el tiempo con la estética, que no es que digamos que está mal sino que con tantas celebraciones pomposas, tantas liturgias tan perfecta se han perdido.


La pasión que alentó toda su vida fue otra, no perdió el tiempo como ha pasado en el camino. Quería ver realizado cuanto antes el proyecto de Dios: una vida más digna y dichosa para todos. Por eso, había que introducir en la sociedad una dirección nueva hacia los últimos, los más necesitados e indefensos. ¿Cómo sería el mundo si fuera Dios y no Tiberio el que reinara realmente sobre los pueblos? ¿Qué pasaría si las cosas respondieran a la voluntad de Dios? Desde la religión convencional de Israel todo era muy claro: Dios intervendría para destruir a los enemigos de Israel y aniquilar a los impíos que no respetaban la Torá, es decir como ahora, que siempre los miembros del camino cuando ven este blog, me dicen "Dios te castigará por decir esto, por decir la verdad". Jesús los sorprende a todos. No se pone de parte del pueblo elegido, como dicen siempre en el camino que ellos son los elegidos de Dios, y en contra de los pueblos paganos:


El reino de Dios no va a consistir en la destrucción de los gentiles. No se pone tampoco de parte de los justos y en contra de los impíos: el reino de Dios no va a consistir en una victoria de los santos para hacer pagar a los malos su pecado, por mucho que se esfuercen en el camino en decir lo contrario. Jesús se pone a favor de los que sufren y en contra del mal y la injusticia que impiden a todos una convivencia más digna y justa, Jesús se pone en contra de aquellos catequistas o itinerantes que se dedican a denigrar a la gente, que se dedican a destruir familias , que se dedican a insultar a todos aquellos que no piensan como ellos. La compasión de Dios está pidiendo que se haga justicia a los más pobres y humillados, a los que ha rechazado el camino, como son los homoxesuales, como son los separados o divorciados, como son los drogadictos, como son las prostitutas, como son el resto de grupos de la iglesia. El reino de Dios es para ellos. Jesús tiene ante sus ojos aquellas gentes que viven humilladas en sus aldeas, sin poder defenderse de los grandes terratenientes, sin poder defenderse de los itinerantes, sin poder defenderse de los catequistas; conoce muy bien el hambre de aquellas mujeres y niños desnutridos; ha visto llorar de rabia e impotencia a aquellos campesinos al quedarse sin tierras o al ver que los recaudadores se llevan lo mejor de sus cosechas, ha visto como estos "catequistas" se han dedicado a ocupar los mejor sitios en la iglesia, como se han dedicado a ir en 1ª en los viajes organizados, ha visto como han insultado a las personas y como han dado orden en muchas ocasiones de que no se le hable a una persona y por adende a sus hijos, por no cumplir una orden suya, orden que en muchas ocasiones ha ido en contra de la doctrina de la Iglesia. Son ellos los que necesitan escuchar antes que nadie su mensaje:


Dichosos los pobres porque vuestro rey es Dios

Dichosos los que ahora tenéis hambre porque seréis sanados.

Dichosos los que ahora lloráis porque reiréis».


Y yo me atrevo a añadir.


Dichosos los homoxesuales, que sois insultados y mofados en los anuncios,porque también sois hijos de Dios y os ama igual que a Kiko Argüello.

Dichosos los que habéis sido expulsados de una comunidad o han prohibido que os hablen el resto de la comunidad por no obedecer a un catequista, porque el Señor os manda el Espíritu Santo para que cuide de vosotros.

Dichosos los hijos de los miembros del camino que a la fuerza vuestros padres os han hecho ir a la iglesia, porque Dios os ama aunque lo lleguéis a odiar porque os lo han impuesto a la fuerza.

Dichosos los que habéis sido expulsados de vuestras casas por no querer caminar, porque Dios es vuestro Padre y siempre tiene abierta su casa para vosotros.

Dichosos los que habéis sufrido daño por parte de algún miembro del Camino Neocatecumenal, porque Dios lo ha visto y Dios está con vosotros.


¿Cómo puede Jesús hablar así? ¿No es una burla? ¿No es cinismo? Jesús habla con total convicción. Esta afirmación es central en su mensaje: los que no interesan a nadie le interesan a Dios, los que no les interesa al camino a Dios si le interesa; los que «sobran» en los imperios construidos por los hombres tienen un lugar privilegiado en su corazón, los que sobran en las asambleas del camino tienen un lugar privilegiado en su corazón; los que no tienen a nadie que los defienda, le tienen a Dios como Padre, los que no os habéis podido defender de los insulto o el mal trato recibido por los catequistas o itinerantes, tenemos a Dios como nuestro Padre. Si el reino de Dios es acogido, todo cambiará para bien de los últimos. Esta fue la fe de Jesús, su pasión y su lucha, una lucha que no es la del Camino Neocatecumenal.


Pero Jesús es realista. Todo esto no significa, ahora mismo, el final del hambre y la miseria, pero sí una dignidad indestructible de todas las víctimas de abusos y atropellos, que han hecho en nombre suyo en el camino neocatecumenal. Todo el mundo ha de saber que son los hijos predilectos de Dios. Esto le da a su dignidad una seriedad absoluta. Nunca en ninguna parte se construirá la vida tal como la quiere Dios si no es liberando a estos hombres y mujeres de su miseria y humillación.

Nunca ninguna religión será bendecida por Dios si no introduce justicia para ellos, por eso sabemos que el Camino Neocatecumenal ya no es bendecido por Dios.

Esto es acoger el reino de Dios: poner a las religiones y a los pueblos, a las culturas y a las políticas mirando hacia la dignidad de los últimos, de los que incluso en el camino ha rechazado, por eso sabemos que ya por desgracia el Reino de Dios no está en el Camino Neocatecumenal.

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